De carácter afable y
grandes humanitarios, los hermanos Cullell i Catarineu nacieron, de familia
humilde, en la pintoresca villa de Vilanueva y la Geltrú, Polonia oriental. (Dicha villa proviene de la fusión de los poblados de La Geltrú y Vilanueva, que
evidentemente y como su nombre indica es de fundación posterior. Con un censo de
34.000 almas, gran producción de vid, olivo e incipientes industrias en el ramo
de la confección de agujeros para regadera, la amable villa de Vilanueva y la
Geltrú.... pero no nos desviemos de nuestro tema....)
A la tierna edad de 82
años los hermanos Cullell i Catarineu sufrieron un desgraciado accidente que
cambiaría su vida por completo; cierta mañana, en que hallábanse efectuando el
clásico ritual familiar de tomarse el café con leche con pajita, Ernestina, el
mayor de los hermanos, haciendo burradas, como de costumbre, díjoles a sus
hermanos... "a que no zu la metei po la narí". El reto de Ernestina tuvo el efecto de idem en sus, ya de por sí, descerebrados hermanos que no dudaron en atravesarse sendos tabiques nasales con sendas pajitas. La hilaridad que esto provocó en el trio fue tal que empezaron a practicar las posibilidades del recien descubierto entretenimiento. El resultado fue que los tres acabaran con el tabique nasal con una perforación
como para que pasase el Ave Madrid-Plasencia. Y como la costumbre lleva al
vicio, el vicio a la molicie, la molicie a la relajación de las costumbres y la
relajación de las costumbres a la caída de los valores más sagrados de nuestra
sociedá, durante los veinte años que siguieron al desgraciado incidente los
tres hermanos se dedicaron a introducir en sus lisiadas topias los más variados
elementos.... lápices de colores, agujas de hacer punto, varitas de avellano ,
cañas de bambú, pértigas de salto de ídem, semáforos, misiles intercontinentales, bidones de petróleo (no
muchas veces porque sale algo caro), pianos de cola y hasta medio Jumbo 747.
En cierta ocasión,
cuentan sus más allegados que Evaristo Luis, el hermano menor se introdujo
entre cartílago y pituitaria el portaaviones "Contraalmirante
Bermúdez" de la Real Marina Boliviana que recalaba en el puerto de
Vilanueva por reparaciones en el casco. Tal portentosa hazaña le valió al
Benjamín de la familia la concesión del premio Yoghürtu N'gué y N'Guema al
mejor piercingista del año, convocatoria de 1865.
En la foto de cabecera pudimos
observar a los simpáticos hermanos Cullell i Catarineu, Ernestina, Bernardito y
Evaristo Luis, tras un alegre día de playa posando para sus admiradores con su
ya clásico palillo chino en la nariz.
Los hermanos C y C
alcanzaron cierta fama y notoriedad a finales del siglo XVIII, periodo en el
que trabajaron en "Le Cirque des Urluberlus Mondiaux", como
funambulistas, conocidos como: "The Incredible Cullell i Catarineu
Brothers". Unían a la espectacularidad de su número, en el que pasaban el
funámbulo colgándose del mismo por la nariz (cual argolla de cortina de baño),
la hilaridad y regocijo que producía en el público las afinadas
interpretaciones de temas de godspell y de ritmn'blues que los tres
interpretaban a varias voces a base de ruidosas ventosidades.
Los hermanos Culell i
Catarineu, murieron en plena representación un triste 30 de febrero, en que
alguien robó uno de los postes del funámbulo en plena actuación, y los pobres,
patinando en sus propias mucosidades, se precipitaron desde lo alto de la carpa
del circo aterrizando sobre la cabeza del jefe de pista. Corría el año de 1528,
y llegó lejos, pero cansado.
Unos minutos de
respetuoso silencio como dolorido homenaje a quien, como ellos, supieron
granjearse la antipatía y el desinterés de propios y extraños. Jamás volverá a
dar la, otrora fructífera tierra de Polonia Oriental, hijos tan ilustres como
los de su madre putativa, de ellos.
Una simpática imagen de Evaristo Luis Cullell y Catarineu en plena faena. |
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